En el momento de hacer negocios en bienes raíces siempre es mejor optar por los servicios especializados de una inmobiliaria. Esto implica pagar un porcentaje que te asegurará un buen servicio.
Escoger a una inmobiliaria puede significar una reducción en el tiempo de vender o arrendar el bien, y, de paso, tener mayor seguridad, pues, una vez cerrado el negocio, esta se encarga de garantizar a los dueños el pago respectivo.
Sin embargo, su labor va mucho más allá de presentar a dos clientes y cerrar una venta de una propiedad, pues las inmobiliarias tienen unas responsabilidades que protegen los intereses de las dos partes.
¿Cuáles son las responsabilidades de una inmobiliaria?
Sus obligaciones van en dos vías, con el Estado y con sus clientes. En el caso del Estado, su primera tarea es solicitar la matricula inmobiliaria, lo que da la figura de legalidad, debe estar constituida legalmente y contribuir con el pago de los impuestos.
En cuanto a los clientes, debe cumplir lo pactado en el contrato con el propietario del inmueble y lo acordado en el contrato de arrendamiento, con el arrendatario. También debe atender y asesorar a las dos partes para cumplir con el código de ética.
Es fundamental que la inmobiliaria resuelva cualquier duda y deje claro para todas las partes temas como la comisión, los gastos que cada uno debe cubrir, las responsabilidades de cada uno antes de la entrega del bien y luego de esta, entre otras.
En el caso del arriendo, es responsabilidad de las inmobiliarias velar por el cumplimiento del pago del canon al propietario, la cuota de administración al edificio, el pago de los impuestos, la valorización y los prediales. Además debe garantizar que el inmueble esté en buenas condiciones, es decir, hacerle saber al propietario de cualquier arreglo o mejora que necesite el lugar. Incluso, recomendarle una remodelación y así poder recibir un mejor canon de arrendamiento e incrementar la valorización de su patrimonio.
En el desarrollo y cumplimiento de sus obligaciones, en algunos casos, las partes pueden tener dificultades con las inmobiliarias. En estos casos las alcaldías son las encargadas de atender cualquier queja o inconformidad que las personas perjudicadas.
Para Bogotá, la oficina de Subdirección de Investigaciones y Control de Vivienda adscrita a la Secretaría Distrital del Hábitat, es la encargada del control de vivienda. Esta entidad puede sancionar, abstener o cerrar a las firmas o personas naturales que gestionen más de cinco inmuebles.