Ya sea que recibas una vivienda nueva o usada, en arriendo o propia, es importante que evalúes varios aspectos para evitar sorpresas "después de".
Lo primero que tienes que tienes que hacer es una inspección física de la propiedad. Esto significa hacer un inventario del estado en el que se recibe, lo que –por ejemplo– obliga a verificar que puertas y ventanas abran y cierren correctamente.
Además debes revisar los sistemas hidráulicos y eléctricos, y averiguar en las empresas de servicios públicos que la propiedad no presente deudas. Al igual que no haya ningún problema de humedad, ya que a futuro esto puede significar un daño más grave y afectar la estructura y el bolsillo del comprador. También se debe observar el estado de los pisos, que no tengan fisuras, pintura o grietas.
En el caso de ser en arriendo, la revisión debe ser minuciosa, para que al momento de entregar el inmueble, el propietario o la agencia arrendadora no generen cobros adicionales por trabajos, daños o problemas que no fueron ocasionados por ti.
Hay tres tipos de compradores: el que adquiere el inmueble para uso y beneficio personal, el que lo compra para rentar y el inversionista que remodela y vende después. En los tres casos es importante verificar que las condiciones de la edificación sean las adecuadas.
Si se entrega con algunos electrodomésticos, se debe verificar su estado. De la misma manera se debe dejar constancia en una cláusula por escrito del estado de la propiedad, ya que una vez firmada la promesa de compraventa se da por hecho la conformidad de las dos partes, de modo que después de la firma de escritura, no habrá espacio para reclamos si todo está dentro de las condiciones pactadas inicialmente.
Además, es muy importante verificar que los espacios y las zonas comunes se adapten a las necesidades de cada familia. Si hay una persona con discapacidad o de la tercera edad, es fundamental contar con ascensor, al igual que analizar si los espacios se adaptan al tamaño de los muebles y electrodomésticos.
Un aspecto esencial y que pasa bastante desapercibido por los compradores en conjuntos residenciales tiene que ver con la administración, el presupuesto y el mantenimiento de las zonas comunes.
Además, antes de comprar es necesario verificar la tradición del inmueble, o sea, que no tenga ningún embargo y que esté libre de todo concepto. Luego, en el momento de recibirlo hay que revisar si la estructura es sólida, más aún si la edificación es antigua.
Lo importante es estar atentos a todos los detalles oasesorarse con una inmobiliaria que se encargue de hacer un estudio de mercado adecuado, que no solo le muestre lo bonito de la propiedad sino también como está la zona y la historia del inmueble.
Consignar el inmueble en inmobiliarias reconocidas y establecer un precio justo y competitivo frente a las ofertas del mercado son algunas prácticas que permiten vender rápidamente.